Qué hacer con los Sres. Trolls
Qué hacer con los trolls?
Un troll es un personaje de Internet que, motivado por diversas causas, se siente a gusto intentando sembrar concordia por su afán de crear conocimiento. Por supuesto que actúa desde el anonimato y puede cambiar de nombres constantemente, es humilde, aunque escriba desde las más altas instancias académicas. Cree tener ingenio, y lo tiene. Usa los comentarios escritos en los posts para vivir feliz a costa de las obsesiones del blogger. El maestro del corazón por ejemplo el licenciado en filosofía Roberto Arancibia ha sido víctima de algunos de ellos y al final ha sido simplemente derrotado por su falta de sentido del humor, ingenio para rebatirles y sobretodo inteligencia.
Las ansias de figuración de los bloggers son su inspiración y origen de su cruzada. Detesta la pedantería barata y la falsa docencia. Ataca la chabacanería y el comentario estilo Corín Tellado desde las emociones estilo ampliamente utilizado hasta la pesadez por los maestros del corazón.
Critica constructivamente al dueño del sitio lo cual en caso de un ego hipertrofiado molesta al blogger hasta bannear los comentarios
En mi blog me han dicho de todo, me han criticado bien y mal, y todo puedo recibirlo yo mismo, pero de ahí a que se metan con mi gato, mi séquito de mendigos, mis ositos de peluche y mi auto blanco descapotable, la cosa se pone más oscura y simplemente aburre.
La historia de Internet tiene varios ejemplos de trolls famosos, que han dejado su huella y el recuerdo en muchas de sus víctimas. Acá todavía hay pocos, y todos ingeniosos, ninguno alcanzará fama del maestro del corazón, pero al menos su desprecio ayudará a darles sus 15 minutos de fama.
Esta lacra ha comenzado a aparecer hace poco en foros y blogs. Y la maravilla de este intercambio de ideas e historias no merece ser destruido por algunos de estos geniales amiguitos. Por supuesto que si moderas sus comentarios o simplemente los borras reclaman de la "libertad de expresión", se van en contra de la "censura", y hablan de respeto, tolerancia, libertad y democracia. Todos podemos tener derecho a decir más o menos lo que queramos, pero no tenemos derecho a decirlo donde nos dé la gana. Y si lo hacemos hay que responsabilizarse.
Creo que en la historia de un blog hay varias etapas obligadas: Primero te leen, luego te comienzan a citar, después te copian y luego te trollean. Al momento que te trollean el blog está ciertamente en decadencia.
Este es mi blog. Mi mundo, es bien estrecho mi mundo, pero es mi mundo. Mi espacio. Mi casa, una vivienda social muy pobre, pero mi house al fin. Y escribo lo que quiero, cuando quiero y como quiero. Si alguien encuentra aquí alguna vez alguna palabra que le sirva, todo ok. Si no le gusta, hay más de 50 millones de blogs en el planeta. Si quiero tener un blog con letras rojas lo hago con un click. Si quiero borrar todo el blog lo hago con un clic. Y si quiero borrar comentarios de trolls lo hago con un clic. Así de simple, y así de sencillo. Hoy es tan fácil tener un blog, cualquiera puede hacerlo, y hacerlo a su gusto. Ahí podrán volcar toda su verborrea incontenible, vacía y resentida.
Normalemente si el troll es ingenioso el blogger sufre muchísimo y borra sus comentarios cuando ya no es capaz de defenderse, lo cual es el triunfo del troll y su inteligencia por sobre la del dueño del blog.