ROBERTO, PINOCHO, EL PAPO Y EL CIRCO DONDE CRECEN LOS ENANOS
En un estudio científico sin precedentes hemos calculado el
reaction time o tiempo de respuesta entre el fallecimiento del dictador chileno y el post de Roberto
corazón Arancibia y, para su edad próxima a los sesenta, no ha estado nada mal, aunque podía haberse esmerado. 3 horas, 37 minutos, 18 segundos (nos permitirán que obviemos los decimales). En un sujeto normal, sería un tiempo razonable. En un sujeto histriónico, opositor pertinaz a cronista de esa historia que nunca protagonizará deja bastante que desear. Desde el optimismo, pensamos que se trataba de una mejoría én su estado psíquico pero nuestra esperanza se disipó tan rápido como la alegría de Orfeo en la Laguna Estígia. Mísera vida.
Fue leer su texto y decirnos "no, nada ha cambiado", ni siquiera un atisbo de cordura, un fugaz rayo de esperanza, un leve síntoma de mejoría. No, no fue posible.
No vamos a aburrirles comentando los dos primeros párrafos, necrológica vulgar del peor periódico de provincias o de la mejor hoja parroquial, como ustedes prefieran. Cualquier becario de periodismo en su primer año lo hubiera hecho mejor. Nada de la calidad que se espera en un licenciado en filosofía, fundador y máximo exponente de la filosofía del corazón. ¿Declive? No sé, pero tanto tiempo esperando este efímero momento de gloria y no tener una necrológica preparada dice mucho de las posibilidades intelectuales, de la ausencia de ingenio, de la rutina, del tópico y, en definitiva, que estamos ante un nuevo texto de Roberto, entendamos nuevo como un oxímoron. Ya me entienden.
Reconozco que la frase "No voy a a hacer aquí un resumen histórico" alivió la presión que sobre mi cuello ejercían las gónadas. Me dije ahora empieza con sus batallas y el comentario de texto se hace interminable. Gracias, Roberto.
no obstante, lo estropeas en la parrafada siguiente "sí voy a decir que me viví la dictadura, toda. Desde el primer día. En la Universidad, en el trabajo, el toque de queda, los amigos asilándose, otros desapareciendo. Y claro, otros contentos. Me viví la Consulta, el atentado, el Plebiscito, las Elecciones, la historia reciente."
También corrí yo delante de los grises, soporté la corrupción de González, las ínfulas de gran estadista de ese señor cuyas miras son proporcionales a su altura y su bigote casposo junto a su conducta recuerda a la parodía de Chaplin en el gran dictador. Sí, estoy hablando del profesor de la Universidad Georgetown Pepe Mari Aznar (Ansar para George Bush y otros duchos amigos de la lengua española). Y también estoy soportando las sandeces del estilo "alianza de las civilizaciones" de ese político que tiene unas luces tan grandes como un apagón llamado Rodríguez Zapatero. ¿Y qué Roberto? todos soportamos a los políticos que nos tocan, unos dictadores como Pinocho, Fanco, Hitler, Castro, Stalin, otros corruptos, y los menos, y tan menos como que no me sale ninguno, honrados.
Luego viene una referencia a un post previo, citando el número de comentarios de forma barroca y prescindible, sin recordar y eso es lo grave, que nuestros comentarios no constan por que al señor no le gustan nuestras gracias. Eso es libertad de expresión y yo me pregunto ¿por ti murió Víctor Jara? ¿por ti dejaron de sonar las cajitas pegadas con polipol? No, Roberto, llevas el veneno de Pinocho en tu sangre y lo destilas en tus censuras, en ese afán de ser protagonista a cualquier precio, como un vulgar dictador, y enel desprecio que sufres por la intelectualidad. Eso es lo peor, no has aprendido a reir las provocaciones del intelectual, la poesía es provocación, la prosa es punzante, el ensayo es mordiente pero tú lo rechazas cuando desde el constructivismo se te apremia. Roberto, tiempos difíciles, en los que cualquier pequeño sátrapa puede enarbolar la bandera de la tolerancia mientras ahoga las voces críticas. Demasiada hipocresía.
Una duda "Es un día histórico, un día especial, y se diga lo que se diga, otra página de los muchos capítulos de la historia de mi país comienza a escribirse." Esto lo sacaste de una novela de Corín Tellado, ¿verdad? o ¿de Isabel Allende? en el fondo son muy parecidas.
Las fotos ni sacadas del NO-DO, ¿las tomaste con tu cámara digital? Sí, sé que es un anacronismo, pero como te gusta tanto presumir de cámara. No sé, pensé que ibas a volvernos a dar la murga con las maravillas de tu cámara. Por cierto, si te sirve de algo, nuestro equipode investigación hizo una comparativa de precios y calidades y no es la mejor ni mucho menos de su segmento. ¿Ves lo que pasa por negarte al asesoramiento?
Tampoco entiendo esto "Chile vive hoy una muerte, algunos celebran, otras lloran. " ¿Por qué otras lloran? ¿Sólo lloran ellas? Ya sé que creciste con John Wayne y los tipos duros que fumaban el caduco Marlboro, pero los hombres tienen derecho a expresar sus sentimientos, a llorar si quieren y su hombría no se menoscaba por ello. Roberto, tienes que cambiar tantas cosas, uff, cambiar.
Lo peor de todo es el olvido, la falta de memoria histórica, el déficit de perspectiva. hoy era un día perfecto para localizar al Papo. Sí, esa buena persona que te acogió en Chiloé -sí, si, vale, no era Omaha, pero te ofreció lo que tenía- mientras en Santiago los militares tomaban la ciudad. ¿Por qué no nos dices que fué de él? ¿no lo delatarías? Sería lo último que esperaría del filósofo del corazón. Roberto, reconcilia a tu gente, reencuentra al Papo, abrázale, cuéntale cómo te ha ido, si has conocido la felicidad. Verás como así desarrollas la verdadera filosofía del corazón y dejarás de tener esa extraña sensación de que en cada proyecto, en cada etapa te crezcan los enanos del circo en el que a través de tu blog has convertido la vida.
Roberto, de corazón, vive, sé feliz, llama al Papo, queda con él y que conozca al Fe y al Ro. Lo que nos gustaría leer eso en tu blog. animo, Roberto, sesenta años no son tantos y todavía te quedan fuerzas para eso y más. ASí, a los setenta podrás echar la vista atrás y hablarle al Fe, al Ro y al Papo de lo que has encontrado en tu largo caminar. Eso sí, no les digas que te has pasado media vida guarreando las fachadas de los principales personajes que se han cruzado en tu camino, no les cuentes tus experiencias como paparazzi, simplemente sé tú, uff, tú y disfruta de esta nueva oportunidad que se te concede a los sesenta. Ánimo.